ESPIAR I, del gót. *SPAÍHÔN ‘acechar, atisbar, espiar’ (a. alem. ant. spëhôn, alem. spähen, neerl. med. spien íd., sajón ant. spâhi ‘hábil’, escand. ant. spâr ‘agorero’); ESPÍA, del gót. *SPAÍHA íd. (pron. sp?ha).

1.ª doc.: espía, h. 1300, Caballero Zifar, 404 («los espías que allá embió»); espiar, APal. 222b, Nebr.

Espía aparece también en Juan de Mena (vid. Consiglio, RFE XXVII, 439), APal. 436d y Nebr., y así el sustantivo como el verbo son frecuentes desde el S XVI. Aunque en la Edad Media sufrieron fuerte concurrencia de barrunte y BARRUNTAR (de origen desconocido), y estaban limitados por otros cuasi-sinónimos como enaciado, esculca, atalaya, etc., parece que espía y espiar fueron ya antiguos en español, como lo son también en los romances vecinos (cat. espia, ya princ. S. XIV, Muntaner; fines del mismo, Antoni Canals, Scipió, p. 43). No hay motivo alguno para creer que proceden del italiano, como supuso Terlingen, 180-1, aunque allí también aparezcan en el S. XIV: en todas partes serán germanismos autóctonos. La forma en -a del it. spia, oc., cat., cast., port. espia, y el raro fr. ant. espie, indica un étimo gótico en -A (genitivo -ANS), correspondiente al longob. spëho, que parece documentado por el it. spione (ya 2.ª mitad del S. XIII, Jacopone da Todi; de ahí fr. espion)1; la evolución fonética de *SPAÍHA en espía es paralela a la de MĔA > port. ant., cast., cat. ant., oc., it. mia, JUDAEA > judía, ROMAEA > cat. ant. romia, etc. (comp. Gamillscheg, RG I, 173; M-L., REW 8136, 8137). Nótese que espiar se ha convertido en el vocablo general para ‘mirar’, en Costa Rica así como en gran parte de las hablas gasconas y languedocianas y en el catalán de Rosellón.

DERIV.

Espiador. Espionaje (Acad. 1884, no 1843), tomado del fr. espionnage.

1 La forma espión alcanzó por influjo francés cierta difusión en el castellano de América en el S. XIX y concretamente en Venezuela, según advierte Baralt, Dicc. de Galic., s. v.; y aun se dijo espionar. Espión está ya en Terr.