ESPIAR I, del gót. *SPAÍHÔN ‘acechar, atisbar, espiar’ (a. alem. ant. spëhôn, alem. spähen, neerl. med. spien íd., sajón ant. spâhi ‘hábil’, escand. ant. spâr ‘agorero’); ESPÍA, del gót. *SPAÍHA íd. (pron. sp?ha).
Espía aparece también en Juan de Mena (vid. Consiglio,
RFE XXVII, 439), APal. 436
d y Nebr., y así el sustantivo como el verbo son frecuentes desde el S XVI. Aunque en la Edad Media sufrieron fuerte concurrencia de
barrunte y
BARRUNTAR (de origen desconocido), y estaban limitados por otros cuasi-sinónimos como
enaciado,
esculca,
atalaya, etc., parece que
espía y
espiar fueron ya antiguos en español, como lo son también en los romances vecinos (cat.
espia, ya princ. S. XIV, Muntaner; fines del mismo, Antoni Canals,
Scipió, p. 43). No hay motivo alguno para creer que proceden del italiano, como supuso Terlingen, 180-1, aunque allí también aparezcan en el S. XIV: en todas partes serán germanismos autóctonos. La forma en
-a del it.
spia, oc., cat., cast., port.
espia, y el raro fr. ant.
espie, indica un étimo gótico en
-A (genitivo
-ANS), correspondiente al longob.
spëho, que parece documentado por el it.
spione (ya 2.ª mitad del S. XIII, Jacopone da Todi; de ahí fr.
espion)
1; la evolución fonética de
*SPAÍHA en
espía es paralela a la de
MĔA > port. ant., cast., cat. ant., oc., it.
mia,
JUDAEA >
judía,
ROMAEA > cat. ant.
romia, etc. (comp. Gamillscheg,
RG I, 173; M-L.,
REW 8136, 8137). Nótese que
espiar se ha convertido en el vocablo general para ‘mirar’, en Costa Rica así como en gran parte de las hablas gasconas y languedocianas y en el catalán de Rosellón.